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NEFROPATÍA DIABÉTICA: CAUSAS Y ORIGEN

La nefropatía diabética no es otra cosa que el daño renal que se produce como consecuencia de la diabetes.

 

Se estima que 3 de cada 10 personas con diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2 desarrollarán esta enfermedad en el transcurso de su vida. La insuficiencia renal por la diabetes ocurre tan lentamente que puede que el paciente no sienta los síntomas durante muchos años. De ahí la importancia de conocer el origen de esta complicación para poder tomar las mejores medidas para prevenirla.

 

La principal función de los riñones consiste en filtrar la sangre, eliminar los productos de desecho del cuerpo y controlar el equilibrio de líquidos, de manera que el organismo conserve los nutrientes y expulse los residuos que no necesita. La filtración se realiza a través de pequeñas estructuras denominadas glomérulos renales que son similares a los vasos sanguíneos. En los riñones sanos, los glomérulos filtran los productos de la sangre y permiten que las proteínas del cuerpo permanezcan en ella para mantenerse saludable. Entre esas proteínas, vale la pena resaltar a la albúmina, la cual es sintetizada en el hígado y constituye la principal proteína de la sangre. Una vez que la sangre es filtrada, ésta sale del riñón y vuelve a entrar en el torrente sanguíneo.

 

¿Qué sucede en las personas diabéticas? Los niveles elevados de azúcar en la sangre, así como la presión arterial alta, pueden dañar los glomérulos, y cuando esto sucede, no son capaces de cumplir su función de filtración. Al principio, se va alterando progresivamente la membrana de filtrado y poco a poco se pierden pequeñas cantidades de albúmina que se eliminan a través de la orina, lo cual recibe el nombre de microalbuminuria, característica que define a esta primera fase de la enfermedad renal. Durante este periodo las funciones de filtración del riñón generalmente permanecen normales.

 

En caso de que la complicación no sea tratada adecuadamente, pasa más albúmina a la orina y se pierden grandes cantidades de proteína, lo que se conoce como macroalbuminuria o proteinuria. Mientras aumenta la cantidad de albúmina en la orina, generalmente se deterioran las funciones de filtración de los riñones y el cuerpo retiene algunos materiales de desecho. Debe tener en cuenta que este daño puede suceder años antes del comienzo de cualquier síntoma.

 

Como puede ver, el cuerpo humano no siempre manifiesta lo que está sucediendo en él. Si bien es cierto que la nefropatía diabética toma años en desarrollarse, lo más probable es que usted ni siquiera lo note hasta años después. Incluso se ha determinado que en algunas personas la filtración de los riñones funciona mejor de lo normal durante los primeros años de padecer diabetes.

 

La única forma de hacer seguimiento a su enfermedad y disminuir el riesgo de nefropatía es acudir a su médico tratante de forma regular, con la finalidad de realizar estudios complementarios que permitan evaluar el funcionamiento de sus riñones y cumplir el tratamiento apropiado para controlar así los niveles de azúcar en la sangre. Si usted sufre de otras patologías, el médico tal vez necesite suspenderle algunos de sus medicamentos, debido a que éstos pueden dañar sus riñones si la nefropatía diabética está empeorando.

 

La nefropatía diabética es una causa importante de enfermedad y muerte en personas con diabetes y no debemos descuidarla bajo ningún concepto, recordemos que puede llevarnos a un estado de insuficiencia renal severa lo que implica la necesidad de diálisis o de un trasplante de riñón.

 

Síntomas y prevención

La mala noticia es que es un padecimiento que no refleja síntomas en su etapa inicial, por lo cual, al percibir alguno quiere decir que la enfermedad, y por consiguiente el daño, está muy avanzado.

 

Algunas señales son:

  • Fatiga en exceso

  • Orina espumosa

  • Mucho hipo

  • Dolores de cabeza frecuentes e intensos

  • Prurito

  • Nauseas, vómito

  • Hinchazón de las piernas

  • Inflamación alrededor de los ojos

     

    Todas las personas con Diabetes deben someterse a un chequeo médico anual para hacerse examinar la sangre y la orina en búsqueda de signos de posibles problemas renales.

 

Asimismo, es muy importante consultar con el Médico sobre cualquier medicamento que quieran tomar, ya que pueden lesionar el riñón debilitado.

 

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